En esta página establecemos las que para nosotros las ideas que guían nuestros criterios de inversión. No queremos en ningún caso que se consideren como buenas para nadie, pero en momentos de inestabilidad nos ayudan a tomar decisiones que, sino acertadas, si que son consistentes a nuestra forma de pensar:

  1. No se puede predecir cuando va a haber una caída del mercado. Si bien el mercado pasa de forma recurrente de «fundamentalistas» en busca de chollos en momentos post-crisis a «especuladores» en momentos de euforia, es imposible saber cuando va a ocurrir.
  2. Se debe estar siempre invertido. La imposibilidad de predecir el futuro, unido que gran parte de las ganancias de mercado ocurren en unas pocas semanas, obliga a participar siempre.
  3. La diversificación es buena y necesaria, tanto entre renta fija/variable como entre geografías, escalas temporales, gestión activa/pasiva y capitalizaciones de mercado.
  4. En mercados menos seguidos, la gestión activa puede batir a la pasiva. Consideramos que puede ser peligroso solo confiar en al gestión pasiva ya que no basa sus resultados en la generación de capital de las empresas. En mercados muy seguidos sí que consideramos que es muy difícil batir a los índices, pero en los menos seguidos o en momentos post-crisis si creemos que puede haber ventajas que contrarresten las mayores comisiones. Atendiendo al punto 3, optar por ambas opciones.
  5. No vamos a batir al mercado. Solo unos pocos pueden, y no tenemos ni los medios, ni la posición ni el conocimiento para ser nosotros.
  6. La inversion debe ser mayoritariamente en fondos, con una minoría en acciones por puro gusto y que no necesitemos. Derivado del punto 5, debemos confiar en índices o en equipos gestores que si tienen los medios para obtener buenos resultados de forma consistente.
  7. Se debe invertir a ser posible en fondos mediante aportaciones periódicas, lo que reduce las probabilidades de asumir un riesgo de timing, entrar en el peor momento y psicológicamente no ser capaz de afrontarlo.
  8. Se debe rebalancear la cartera y no mirarla más de lo necesario. Establecer unos porcentajes diversificados, invertir periódicamente y rebalancear cada 6-12 meses. No adaptar la cartera a las condiciones de mercado, sino asumir un estilo «cartera permanente».
  9. Usar la liquidez como protección si desconfiamos del mercado. En caso de desconfianza, no salirse del mercado, sino disminuir las aportaciones o aumentar el ahorro para, en caso de liquidez, aprovechar los menores precios aumentando la aportación a posteriori.
  10. En cuanto a acciones, evitamos empresas cíclicas, materias primas, sectores que no entendemos, empresas que no conocemos y aquellas sin beneficios. De nada sirve hacer un descuento de flujos si el crecimiento es volátil o si la empresa no va a existir.